La tercera pata de la mesa son las reuniones periódicas de seguimiento con el Equipo del Proveedor,
que han de estar planificadas con antelación, se ha de levantar acta de lo
comentado y el Jefe del Proyecto ha de tener la precaución de realizar con la
máxima antelación posible a la entrega de algún paquete de servicios al
Cliente, para tener tiempo de maniobra si las cosas no van como se
establecieron en la planificación del Proyecto, en cuanto a las tareas
responsabilidad del Equipo del Proveedor.
La cuarta pata de la mesa son los seguimientos individuales que realiza el Jefe del Proyecto, donde
analiza toda la información obtenida en las otras tres patas de la mesa, y
según el resultado de este análisis toma las acciones correctivas necesarias
para que el tablero de la mesa vuelva a estar firme y estable, la verdad es que
después de este análisis siempre hay acciones correctoras que realizar, aunque
si se están siguiendo correctamente todos los pasos de la gestión de Proyectos
deberían ser de poca envergadura y alcance.
Si no se tiene una de estas
cuatro patas el tablero se cae.
Si tenemos las cuatro patas
pero no se cuidan ni se revisan periódicamente, puede ser que una o varias de
las patas se afloje y se caigan con lo que también se caerá el tablero.
Si tenemos las cuatro patas pero no las cuidamos ni
revisamos con la periodicidad adecuada, puede ser que al revisarlas tengamos
que hacer reparaciones o ajustes con un coste elevado económicamente y en
tiempo, cosa que provocará inestabilidad y falta de firmeza en el tablero, con
las consecuencias que eso pueda tener, ya que en el tablero está sentado el
Cliente y notará los golpes y zarandeos.
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